Buscar este blog

Seguidores

Poesías



Cantos a la Madre Natura.

-Cuentos.
-Composiciones.
-Poesías.
-Cumananas.

LA LABORIOSIDAD DEL OVERAL


(Composición Ecológica)

Autor: Prof. David Torres Celi




La curiosidad se convierte en perplejidad al observar la brillantez y frondosidad de su excelsa figura.

El overal vive en manadas, pocas veces solo, de su prolífico tronco se desdoblan singulares y regocijantes ramas donde crece esplendorosa su copiosa cabellera verde, tallada con fino cincel y que esconde una amplia y recóndita respuesta. Su flor, pintada de curioso amarillo fosforescente, desafía al color del sol en una tarde de verano. Las hojas de este prodigioso árbol, en infusión derraman un poderoso brebaje depurativo que desinfecta, purifica, refresca y relaja el hígado de los humanos. Su fruto “el moyuyo” mozuelo él, se confunde con las hojas, pero maduro se torna blanco como la “espuma blanca del mar embravecido” y contiene un néctar transparente que según el saber popular “pega hasta los huesos”.

El overal también conocido como “overo” es dadivoso, perseverante, enérgico. Con justicia se ha ganado el título de “paradigma de laboriosidad” que no lo endiosa, sino que lo derrime en humildad. Desde el proemio de su vida sufre una magia otoñal rarísima. Sus hojas verdes y frescas de contextura gruesa y consistencia acerada, de pronto enrojecen, palidecen y caen, formando un tálamo aterciopelado multicolor “la hojarasca” fragancia exquisita de ensueño, hermosa sinfonía de amor y vida, refugio de romances quiméricos de prosélitos insectos que se congregan y congracian a su alrededor. Delicioso manjar que hormigas y comejenes embuten con insaciable goce. Zumo nutritivo que hongos y bacterias descomponen con avidez en codiciado tamizado negro humo, muy codiciado porque retoña la vida.

El overal cuando se aventura en el yermo discretamente se va cubriendo de canas. En esta lid la necesidad, la vileza, el acoso no prospera por la fuerza y coraje de su alegre existencia, más en sabia acometida se rearma y recompone sus ramas arabescas para osar indócil ante la brutalidad humana.

El overal muy tranquilo y placentero va por la vida susurrando al viento: yo tengo mis penas y surcan por mi rostro lágrimas amargas que las reprimo, pero también tengo mi corazón, soy feliz y amo, por eso mi más hermoso sueño es derrotar la vanidad, sintiéndome satisfecho dando vida y felicidad a mis hermanos del reino vegetal.



Al overal por su estoicismo y la exquisitez de su labor, se le compara con la grandeza y tesón del caballero de carita vivaz, de porte atlético, de cantar reverberante, sonoro y cadencioso, quien trabaja afanosamente haciendo digna y solidaria su apoteósica existencia. ¡Oh chilalo! Cuanta virtud tienes, pero el overal es un ser fabuloso con una visión asombrosa de la vida.